El cooperativismo es una vieja idea y una vieja práctica que ha pasado por períodos de relativo esplendor y decadencia. Se vinculó con el asociacionismo obrero de los siglos pasado y antepasado y fue absorbido en parte por la economía mercantil en diferentes momentos de su historia. Ahora, en la emergente realidad de la economía alternativa y solidaria, vuelve a presentarse como modo posible de restablecer los vínculos sociales y económicos sobre bases democráticas y participativas.
Asistimos hace unos días a una charla dada por un socio de COOP57 que se define como "una cooperativa de servicios (crédito, préstamo e intercambio) integrada por diversas entidades de la economía social, una cooperativa de primer grado nacida en Barcelona en mayo de 1995 que se expande a Aragón en 2005 y ahora a Madrid". Esta organización "destina sus recursos propios a proporcionar ayuda financiera a proyectos de economía social que promuevan la ocupación, fomenten el cooperativismo, el asociacionismo y la solidaridad en general, y promuevan la sostenibilidad sobre la base de principios éticos y solidarios"
La charla, con pocos asistentes pero participativa, nos permitió conocer y valorar positivamente esta iniciativa que permite ir creando una base financiera de apoyo a las empresas de la "otra economía" a partir de la captación de fondos provenientes de los ahorradores solidarios. Un buen punto de partida para organizar proyectos decrecentistas ¿no?
21 de noviembre de 2009
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