18 de noviembre de 2009
Atunes y decrecimiento
En la llamada crisis del "Alakrana" se ponen en evidencia varias cuestiones que tienen que ver con el decrecentismo. Se me ocurren algunas que expongo aquí sin animo de exhaustividad. En primer lugar, la presencia de un barco español faenando tan lejos de sus propias costas indica, paradójicamente, una débil soberanía alimentaria del país. Es decir, una parte de sus alimentos no proviene de su propio espacio ecológico, sino que es extraído de otro, distinto y muy distante. El hecho de que sean, en principio, "aguas internacionales" no relativiza esta afirmación. En segundo lugar, a diferencia de lo que sucede con la débil soberanía alimentaria de los paises "pobres" en este caso se trata de un país rico que al no "producir lo que come" utiliza su, relativo, poder económico y militar para obtenerlo en otros lugares. En tercer lugar, se pide y se obtiene protección pública para actividades privadas que, debe quedar claro, no son actividades comerciales de intercambio "normales" sino asimétricas y de extracción directa de alimentos en el espacio ecológico de otras comunidades humanas. El punto de partida aquí es, entonces, un modo de producción y consumo de alimentos que no respeta sus condicionantes espaciales locales y se ve obligado a expandirse. La pesca es la prolongación de la ecología y la política por otros medios.
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