21 de septiembre de 2010

Huelga y decrecentismo


Está en marcha en España una huelga convocada por los sindicatos mayoritarios. En esta convocatoria están concentradas al día de hoy la mayoría de las energías sociales y políticas críticas al actual modelo económico. Podemos estar en desacuerdo con su comportamiento en general pero, en actualidad, los sindicatos son, en el mundo del trabajo, una referencia ineludible. Ellos lideran una iniciativa que implicará, si sale bien, una fuerte movilización social con la que, en nuestra opinión, los decrecentistas debemos estar en sintonía.

Esta huelga es una huelga del mundo del trabajo asalariado pero representa una oportunidad importante para que tenga presencia y se muestre al conjunto de la sociedad el mundo de los movimientos de base, el de la economía solidaria, el de la ecología, el del cooperativismo y otros. Es decir, todo el espacio social que está fuera de las relaciones salariales. Un ámbito complejo y heterogéneo que hasta ahora ha quedado generalmente extramuros de las protestas sociales y que, usando la capacidad amplificadora de la huelga, puede dar a conocer formas de producción, comercialización, consumo y crédito distintas a las capitalistas.

Si aportamos creatividad y motivación puede ser la ocasión para crear un momento lúdico a la vez que reivindicativo. Podemos, aunque sea una paradoja, llevar un mensaje antiproductivista, que en un contexto de defensa del empleo, pasa, en el discurso hegemónico, por el crecimiento de la economía. Podemos aportar una nota disruptiva en el sentido común. Esa es entre otras, nuestra tarea y misión como movimiento. Mostrar formas de vida y trabajo que no transcurren por la relación de subordinación salarial y su horizonte productivista.

Pero representa también la ocasión para reclamar espacios y políticas públicas que sean más favorables a la economía solidaria, a las redes de intercambio, a la acción cultural, a las iniciativas de banca ética etc. Es una oportunidad para presionar y luchar también por nuestros propios objetivos. Es importante, entonces, que se participe con reivindicaciones explícitas propias del sector.

Otra cosa distinta es cómo participar en esta huelga. Y aquí aparecen 3 momentos posibles: a) durante su preparación (junto a otros colectivos) b) durante el mismo día de la huelga en nuestros lugares de trabajo y c) en las manifestaciones callejeras. Debemos estar en los tres.

La huelga debería servir también para estimular la reflexión acerca del estatuto político del movimiento por el decrecimiento y su estrategia de transformaciones. Somos un movimiento político, en su acepción más amplia, que debe encontrar su lugar en el conjunto de las luchas sociales. Y cualquier proyecto de transformaciones decrecentistas debe hacerse en alianza con el mundo del trabajo. Las contrahegemonías se construirán en la confluencia de proyectos de emancipación diferentes. Debemos mostrar que la posibilidad teórica de "lo común de lo diverso" encuentra su expresión práctica en las movilizaciones y acciones conjuntas con otros sujetos de los cambios, dentro de un proyecto destinado a aumentar la multiplicidad del mundo.

Esta huelga nos encuentra en la infancia del movimiento decrecentista y evidentemente se pondrán de manifiesto todos los balbuceos correspondientes a la edad. Esto no es lo importante; lo importante es saber que "decir no es decir si a algo diferente" y verla como parte de un recorrido que debe llevar a actualizar las posibilidades de la realidad. "En cada momento hay un horizonte limitado de posibilidades y por ello es importante no desperdiciar la oportunidad única de una transformación específica que el presente ofrece" (Boaventura de Sousa Santos)