19 de junio de 2010

Citas (8)


"El trabajo contra la angustia vital y los manejos del miedo es un trabajo contra quienes los causan, en su mayoría muy identificables, y busca en el mundo mismo lo que sirve de ayuda al mundo: algo que es susceptible de ser encontrado. ¡Con qué abundancia se soñó en todo tiempo, se soñó con una vida mejor que fuera posible! La vida de todos los hombres se halla cruzada por sueños soñados despierto; una parte de dichos sueños es simplemente un fuga banal, también enervante, también presa para impostores; pero otra parte incita, no permite la renuncia. Esta otra parte tiene en su núcleo la esperanza y es transmisible. Puede ser extraída del desvaído soñar despierto y de su taimado abuso, es activable sin vislumbres engañosos".


Ernst Bloch. "El principio esperanza"

16 de junio de 2010

Arrogancia y dinosaurios


"Cuando parece que hasta las más altas torres ya se han caído algunos siguen creyendo que el espectáculo debe continuar. Es el caso de Mohamed Alabbar, presidente de la innobilaria árabe Emaar y socio de Giorgio Armani en su última aventura: los hoteles de lujo: En Dubai, en la base del edificio más alto del mundo [Burj Khalifa]. Alabbar y Armani presentaron en abril su primer establecimiento a 48 periodistas internacionales invitados por ellos".

El hotel en cuestión es un monumento al despilfarro en la ciudad que lo es por antonomasia: Dubai. Habitaciones para la lujuria de unos privilegiados a precios de privilegiados. La más batarata, a 830 euros la noche y la más cara, la suite Dubai, por 8.300 euros. Dubai es una ciudad construida por ricos para ricos. Pretende convertirse y, en parte ya lo es, en la referencia comercial y financiera del mundo. Para ello, no escatima gastos y esconde los enormes daños medioambientales de su locura. La ciudad, un simulacro urbanístico grotesco, se construye en un desierto y requiere de enormes esfuerzos energéticos para su mantenimiento. No posee nada que permita sostener su forma de vida, salvo el dinero para comprar todo lo que no tiene. Es, además, un ejemplo patético de tecnología al servicio de la banalidad y el kistch arquitectónico: han construido islas artificiales con forma de palmera...

En alguna parte leí que si a los dinosaurios les hubieran preguntado si creían que su dominio sobre la tierra alguna vez terminaría, habrían contestado con una sonora carcajada. Tan seguros estaban de su permanecia y poder. Los actuales dinosaurios petroleros y sus bufones cortesanos también. "Las crisis van y vienen, pero estos proyectos están hechos para durar siglos" afirmaba el socio del diseñador.

El poder siempre sueña con su permanencia, siglos para algunos, milenos para otros. Afortunadamente, la historia es implacable con la arrogancia: la tapa con la arena del desierto y la vuelve objeto de la arqueología.

13 de junio de 2010

Abundancia y miseria

"La inmensa mayoría de los israelíes que han alcanzado tan altos niveles de vida como los de los países más avanzados, no sospechan siquiera que, a muy poca distancia de sus higiénicas viviendas, lindos jardines, fértiles tierras e industrias de alta tecnología malvive una sociedad miserable condenada-si no cambian antes las cosas- a su desaparición". Esto lo dice Mario Vargas Llosa. No tenemos particular aprecio por las ideas de este escritor cuyo proyecto político está instalado en las antípodas del nuestro. Pero esto que ha escrito recientemente nos parece certero y razonable. Aún más, esta descripción de la sociedad israelí nos parece una imagen generalizable a cualquier sociedad de las llamadas "de la abundancia". Vargas LLosa no ha realizado este análisis; al parecer su fe liberal se lo impide. Pero, toda sociedad donde se han "alcanzado tan altos niveles de vida" esconde un reverso de dominación, miseria y destrucción mediambiental, ya sea dentro o fuera de sus fronteras. La riqueza en un mundo finito es un juego de suma cero. Lo que tienen en abundancia unos es una resta a los otros. Sean o no visibles, para quien quiere ver, en todo caso, todo es visible, las cloacas existen y huele mal.

El bienestar material alcanzado en la parte hegemónica de Israel se debe, además del aporte magnánimo de EEUU, a un modelo de desarrollo basado fuertemente en la industria militar y un proyecto de construcción nacional de base religiosa y excluyente asentado en gran parte en la explotación de la fuerza de trabajo palestina. Pero ese mismo mecanismo se reproduce en la sociedad mundial. La exclusión de las mayorias para el beneficio de las minorías. No decimos nada nuevo, evidentemente; repetimos los argumentos que sostienen a cualquier idea de emancipación social y de reparto de riqueza. Los decrecentistas incorporamos como argumento central la cuestión de los límites de la biósfera y las consecuencias que para el medio ambiente tiene el modelo de abundancia que adjetivamos como despilfarrador. La imagen de una sociedad rica asentada sobre la miseria y la destruccción de otros corresponde exactamente a la de la sociedad mundial y su modelo de desarrollo. Y aquí también, "si no cambian antes las cosas", estamos condenados a la desaparición. El drecentismo es un esfuerzo por cambiar las cosas antes del desastre posible.