3 de junio de 2010

Sueños tecnológicos


Dice la prensa: "el futuro soldado estará equipado con conexión a través de internet, enlace inalámbrico con el pelotón, visores para poder actuar de día y de noche, sensores para poder informar del estado de salud del combatiente y un chaleco más ligero y resistente que ofrecerá más protección y seguridad. Aligerar el peso sin afectar a la seguridad de los combatientes es uno de los objetivos de este programa, que ha contado con un presupuesto de 26 millones de euros desde 2006"

Internet tuvo un orígen militar y un desarrollo civil. Se dice que, en plena Guerra Fría, un imperativo estratégico era preservar un sistema de comunicación dentro de EEUU a salvo de un ataque nuclear soviético. La solución consistía en la creación de una red tecnológica cuyas partes tuvieran autonomía entre si, es decir, que no dependieran de un núcleo central, fácilmente neutralizable. Esta sencilla idea, caló muy bien en la cultura californiana post-hippista, antiautoritaria y felicista y, en una amplia estructura académica, que asumieron la tarea de desarrollar tecnológica y culturalmente la idea de una red de redes. Los aportes europeos posteriores, como los de Tim Berners-Lee, con la WWW fueron cruciales para la consolidación de lo que hoy conocemos por Internet. En medio de este camino la empresa privada percibió el valor de esta sociotecnología y se lanzó en picado a aprovechar sus ventajas. En pocos años nació una economía basada en gran parte en los intercambios en la Red. Paralelamente la industria militar ha ido aprovechando el fuerte desarrollo civil de los programas y aplicaciones destinados a ésta. El círculo se cierra: idea militar, desarrollo civil, aprovechamiento empresarial, uso militar...

Para algunos, la vinculación de Internet a un traje militar es un sueño; para otros una pesadilla, o más bien la fagocitación del sueño libertario y comunitario por la pesadilla militarista. Pero la tecnología es una frágil hierba sometida a los vientos de las fuerzas sociales que la utilizan para sus proyectos e intereses. Por eso,se abre el importante debate acerca de la tecnología y su vinculación con los colectivos agrupados bajo la idea del decrecimiento. El movimiento decrecentista no puede soslayar la "cuestión tecnológica" pues es una dimensión inherente a cualquier sociedad imaginada. Pero se trata de refexionar desde los proyectos decrecentistas, sus valores y sus objetivos.

La pregunta es cómo utilizar las tecnologías en general y de Internet en particular desde una perspectiva decrecentista, pero también como crear desde la base tecnologías que sean decrecentistas en su concepción y diseño y que no reproduzcan la actual banalidad de las tecnologías "sostenibles" ¿Tecnologías convivenciales? ¿Tecnologías de la parsimonia? ¿Tecnologías de la traducción sociopolítica? ¿Tecnologías catalizadoras? ¿Tecnologías de la austeridad? El debate está abierto.

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