6 de abril de 2012

Contra la corriente

La propuesta por el decrecimiento puede resultar esotérica, extravagante o simplemente insensata en estos tiempos de crisis económica donde la obsesión es “retomar la senda del crecimiento”. Pero ya hemos visto en el post anterior,  en qué lado de la vida se encuentra la sensatez. Por ello, es necesario insistir en ella y  nadar contra la corriente; nadie nos prometió un jardín de rosas. Apoyémonos en algunos documentos de la Subcomisión de Decrecimiento de la Asamblea de Barcelona del 15M. Allí se dice:  “La crisis no es sólo un problema de especulación financiera, es también una crisis de sobreproducción y de sobreexplotación de la gente y de los recursos naturales, consecuencia inevitable de un sistema de producción y consumo basado en el crecimiento indefinido”.

Es decir, nuestra crisis no es su crisis, por lo tanto las soluciones son distintas.  "Hay dos estrategias muy diferentes para hacer frente a los problemas causados por la crisis”. Una que pasa  “por  repartir: la riqueza, el tiempo de trabajo, las viviendas vacías... para que todo el mundo tenga sus necesidades cubiertas. Y otra que pasa “por  intentar crecer: Tomar medidas que, según dicen, reactivarán la economía, crearán empleo etc.”

Los decrecentistas  “no queremos sólo la igualdad de acceso al trabajo y al consumo, es decir la igualdad en la explotación de  la gente y de la naturaleza, queremos también suprimir esta explotación, lo que implica decrecer el nivel total de producción y consumo empezando por los que explotan más o mucho mas que los demás, construyendo una economía adaptada a la capacidad de regeneración de los ecosistemas y una sociedad liberada de la competencia constante entre personas y entre territorios”

Es evidente que la solución decrecentista será la solución perdedora, por el momento. No tenemos la capacidad política para influir en los acontecimientos. Pero la victoria táctica del productivismo será su derrota estratégica. No podrán volver a sus indicadores anteriores porque no existe posibilidad ecológica ni energética para hacerlo. Dentro de sus mismas promesas no pueden ofrecer sino empobrecimiento creciente. El modelo de expansión de la producción y consumo de la posguerra no puede repetirse sino a cambio del colapso ecológico. La austeridad o simplicidad voluntaria del decrecentismo es una respuesta sensata frente a las ilusiones del productivismo delirante. (Ver también Redoux).




6 comentarios:

javisegurado@hotmail.com dijo...

pero yo tengo algunas preguntas: ¿estás seguro de que no puede continuar la producción del mundo consumo? ¿Y si resultara que sí fuera viable?
¿Crees que voluntariamente la gente va a volver al siglo XIX? Me resulta inimaginable, así, sin ningún colapso catastrófico. Es que somos muchos en el mundo...
¿En caso de darse, y de una manera realista, ¿quien va a conducir el regreso productivista y energético a esos niveles de austeridad?
etcecé, etecé
es que el decrecimiento , a diferencia de Illich, que su punto de partida era la libertad de cada uno, y por eso podía ser una vía desable, el decrecimiento, digo, su filosofía es el equilibrio ecológico, y nunca tebdrá más interés, ya que tendrá que competir con la utopía tecnológica, que es más atractiva.
Digo yo...

EDUNOMIA21 dijo...

La utopía tecnológica tiene un papel muy importante en el decrecentismo. Volver al s.XIX no lo pretende nadie. Además, sería indeseable porque es la época en que se acelera definitivamente el desequilibrio ecológio y el expolio a los recursos naturales en muchos continentes.

Buenaventura dijo...

Gracias por vuestros comentarios.
La propuesta decrecentista no propone el regreso a las cavernas ni al siglo XIX. Propone formas de austeridad en el mundo de hoy y el de mañana como requisito de supervivencia.

¿Qué entiendes por consumo viable, Javier? El tema del consumo lo enfocamos desde dos puntos de vista: primero como banalidad, saturación de signos, superficialidad, adoctrinamiento, individualismo etc. En segundo lugar como parte del circuito del productivismo. Se produce para el consumo y se cnsume para que se produzca. Y esa es una dinámica infernal que no tiene sentido del límite. Es una dinámica voraz e insaciable.

Nosotros creemos que el actual modelo, a pesar de su aparente riqueza actual, se dirige hacia la pobreza de las mayorías y hacia formas de ecofascismo. Frente a esta probreza proponemos la austeridad decrecentista. Como toda Utopía política el decrentismo no tiene ninguna seguridad de éxito. Y, a lo mejor, las teclas de la destrucción y el colapso ya han sido tocadas, como algunos piensan. No hay ninguna ingenuidad en la propuesta decrecentista. No es la propuesta de un mundo de colores. Es un intento, quizás desesperado y tardio, de enmendar el rumbo.

No hay sólo una utopía tecnológica. Son posibles varias visiones de la técnica y la tecnología y este es un tema relevante para el decrecimiento como bien señala Alfred. Este blog las tiene entre sus preocupaciones. Por ejemplo, los últimos posts sobre los atrapanieblas y el de las energías tienen que ver con estos temas.

javisegurado@hotmail.com dijo...

Bueno, lo siento si por no extenderme he pecado de simplista. Por otro lado os diría que no estuvierais beligerantes con mis dudas porque solo son eso, dudas. Me interesa el decrecimiento pero hay aún muchos interrogantes para mí.
Cuando digo siglo XIX me refiero a consumo energético principalmente, no a carros de mulas. Porque veo que generalmente los lugares donde se habla de decrecimiento se hacen eco de experiencias de oenegés etecé del llamado tercer mundo. Como por ejemplo esos atrapanieblas, ejemplo que conozco desde hace tiempo, y que siempre me ha parecido muy ingenioso, pero al mismo tiempo sólo planteable en casos de extrema pobreza, no de austeridad deseable. Y no porque no crea que es muy inteligente tomar el agua de las nubes, en vez de esperar a que los ríos la repartan después de llover, sino porque con más medios y más tecnología es probable que se podría mejorar mucho su rendimiento y mejorar las prestaciones que ofrece.
Yo estoy en contra del despilfarro, así como lo estoy de la Cultura, la Enseñanza, y todo otro tipo de consumo dirigido por el Estado o por la Industria. Pero a veces pienso también que sin el señor Macquintosh o sin el señor Google no tendríamos los medios que tenemos. Y veo que ellos son los nuevos monstruos como otrora lo fueron el señor Ford o el señor Rockefeller. Lo que quiero decir es que el mercado alimenta el ingenio tal y como lo pueden hacer el hambre o la guerra.
Y no seré yo quien propugne la Guerra como infrestructura de nada...
Pero yo he ido a una charla de Nicolas Ridoux sobre decrecimiento y dió la charla con el Power Point.
http://algunasnotasparaelfindelmundo.blogspot.com.es/2012/03/decrecimiento-y-los-mundos-de-yupi.html
Yo con lo que no puedo es con vender una cosa y no saber como articularla o no ser coherente o ... es decir, que nadie estamos aquí para perder el tiempo ni la ilusión. Y no lo digo por vosotros, que no sé todavía qué estais proponiendo. Pero por de pronto, y permitídmelo como crítica, en vuestras respuestas criticais el mundo que nos vive (y comparto vuestras críticas en alto grado) pero no tengo ni idea hacia donde vais. Cuando decís austeridad, no veo un modelo, ni un modo de transición, ni...
He visto un vídeo de Paul Ariés donde, de una forma repugnántemente comercial esgrime un argumento en forma de eslogan publicitario alabando la situación de Grécia entre otros como método de concienciación de la sociedad. ese hombre o es un frívolo o es un criminal, y realmente no sé que me da más miedo.
Sé que todo drástico cambio social siempre ha traido muerte y terror, pero además es que siempre ha sido para nada. Y yo creo que todo cambio exige otros tiempos y otros modos. René Thom nos enseñó que siempre hay dos caminos, y nunca se puede saber cual cristalizará. Yo me quedo con Summerhill...
En fín, gracias por vuestra página y por vuestros comentarios.

Buenaventura dijo...

Estimado Javier, gracias por tus comentarios. No obstante, no sé si podremos convencernos de algo mutuamente porque tenemos visiones y valoraciones al parecer muy distintas. A Paul Ariés lo consideras un frívolo o un criminal y yo pienso que es un tipo sensato y lúcido…Nosotros creemos que hay evidentes señales de alarma para pensar y actuar seriamente en la dirección de un cambio de modelo de producción y consumo y, al parecer, tu consideras que los que los imperios fundados por Ford, Rockefeller y los chicos de Google y Apple son dignos de devoción y que estamos en un “buen mundo” gracias a ellos.

Sería muy interesante que pudieras leer este libro: “Algo nuevo bajo el sol: historia ambiental del siglo XX” de John R. McNeill. Alianza 2003. Aquí hay una reseña: (http://redalyc.uaemex.mx/pdf/296/29600308.pdf)

En este libro se describe pormenorizada y científicamente los desastres medioambientales a los que ha conducido todo el despliegue industrial, tecnológico e informacional del siglo XX, en particular el que se desarrolló a partir de la segunda guerra mundial. El gran avance de tecnológico ha sido impulsado principalmente por la industria de armamentos y esconde tras de sí una enorme huella de destrucción medioambiental.

Respecto a lo de la tecnología y los “atrapanieblas”. Lo he puesto como un ejemplo de ingenio humano, útil y valioso y con vínculos comunitarios que no necesita de grandes inversiones tecnológicas. La mayoría de los desarrollos de I+D+i que tanto se admiran y promueven son banales, innecesarios, superfluos, dañinos medioambientalmente e intensos consumidores energéticos. La innovación decrecentista está en pañales y parte del esfuerzo de este blog va en el sentido de abrir el debate, pero claramente apostamos por tecnologías horizontales que sean unas respuestas a las necesidades de las grandes mayorías y no respuestas verticales hechas desde los intereses de la industria.

Acerca de las transiciones te recomiendo que sigas las propuestas del movimiento de los Transitions Towns. http://es.wikipedia.org/wiki/Comunidad_de_transici%C3%B3n que está en clara sintonía con las propuestas decrecentistas.

Otra cosa, los decrecentistas no queremos vender nada a nadie ni tenemos las soluciones a todo. No hacemos promesas electorales. Las soluciones las creamos entre todos. No esperes que te digamos hacia dónde vamos. Sabemos hacia dónde no queremos ir y pensamos que es razonable pensar formas de convivencia aquí y ahora. Te invitamos a pensar en alternativas.

Un abrazo

javisegurado@hotmail.com dijo...

Bueno, primero te agradezco el esfuerzo que me estás dedicando. Nada más empezar a leerte ya me alarmo de lo que he dado a entender:"los imperios …”. En fín, no. Para mí, el "mal en el mundo" tiene nombres como Monsanto, o como Repsol. Pero pienso que renunciar al "Mundo-Consumo" es renunciar también a sus gatges. Este ordenador está construido con el coltán extraído por niños en el Congo y con la explotación de trabajadores chinos próximo a la esclavitud. ¿Cómo puedo quejarme de ninguna atrocidad si yo sigo escribiendo con él? Es un poco lo que Ayn Rand decía. Y no comulgo con esta pensadora, pero me ayuda a ser crítico conmigo. Por eso me quejaba de Niccolas Ridoux y su Power Point. Taibo no hace eso. Si llamo cínico a Aries, es porque me parece que juega a "hombre importante" y habla enlazando titulares sensacionalistas, y haciendo valoraciones muy delicadas. No me gustan esas formas para la expresión pública. Por eso lo tacho de publicitario. Pero seguramente es un prejuicio mío. Dices: "La innovación decrecentista … tecnologías horizontales que sean unas respuestas". Pues realmente te felicito. Yo soy arquitecto y muchas veces me he acercado a ese grupo heterogéneo que se ha dado en llamar "sostenible". Lo he llevado adelante, pero con muchas dificultades. Por lo demás, me he interesado mucho por lo que es ingenio y simplicidad. Pero pienso que si el "Mundo-consumo" no tiene alternativa es porque se funda en elementos estructurales de la condición humana, y no sólo debido a una "colonización del imaginario" ni nada por el estilo. Y disculpa por utilizar con vosotros el término "vender". Aunque, hoy por hoy, y en este sistema, cualquier ideología se presenta como "una opción de compra más", y sólo en ese sentido entiendo el modo de expresión de Aries. Si "pierdo el tiempo" con el decrecimiento es porque creo que es la única alternativa al "Mundo-consumo". Siempre me ha interesado mucho Illich, y es desde él que me interesé por vuestro movimiento. Te agradezco los dos links. Los miraré con detenimiento.