John R. McNeil, en su interesante libro "Algo nuevo bajo el sol" narra la historia medioambiental del mundo en el siglo veinte. Lo define como un período "ecológicamente convulso", un "siglo despilfarrador" que ha cambiado definitivamente la relación de la especie humana con la naturaleza. "La acción humana ha alterado biológica, química y físicamente la superficie de la Tierra". Sus indicadores más relevantes son: aumento exponencial de la producción y consumo de energía, de la población, de la acumulación, del consumo y de la contaminación.
Ha sido el siglo más dañino para para la biosfera, especialmente después del segunda guerra mundial. Los "gloriosos" treinta años que la siguieron desde el punto de vista económico son, al mismo tiempo, los más desastrosos desde el punto de vista medioambiental. Pocas evidencias hay más claras de la relación entre aumento del PIB y destrucción de la naturaleza. Por eso, algunos definen al PIB como un indicador de la catástrofe.
Este pequeño momento en la historia humana tendrá consecuencias impredecibles para el destino de la biosfera. En este siglo "problemático y febril" los actores económicos, políticos y tecnológicos desarrollaron sus contabilidades sobre la errada e interesada hipótesis de la abundancia y la infinitud del planeta. Y estos son los lodos que quedaron después de sus apuestas irresponsables.
18 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario