9 de febrero de 2012
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Creatividad social en una biósfera finita
El decrecimiento, utopía razonable y paradójica, requiere de la energía y la creatividad social para concretarse. Debe movilizar las iniciativas de los individuos y grupos para construir las sociedades decrecentistas imaginadas. El decrecimiento requiere de la innovación social para construir los mundos alternativos con los que sueña.
Por su parte, la innovación social, lugar de la creatividad y la inventiva común, ha sido colonizada por el discurso y las practicas productivistas. Debe salir de allí, socializarse y confiarse a la guía utópica del decrecimiento. La innovación social requiere del decrecimiento para orientar sus pasos hacia el bienestar de las mayorías.
3 comentarios:
A mí esos que criticas me parecen eso que dices, pero dices como si esos lugares fuesen tuyos. O como si tu tuvieses algo que decir. Pero esos lugares están ahí y punto. La tierra no tiene dueño. No, no es de todos. Es más bien de nadie. Entonces nadie tiene derecho a (re)clamar por ella. ¿Qué tengo yo que reclamar de la selva Amazónica? Y menos desde mi confortable (todavía) sillón.
Releo el texto y no veo que haya utilizado posesivos. En todo caso totalmente de acuerdo: esos lugares no son de nadie. Los seres humanos no tenemos más posiblidades que intervenir en la naturaleza, es nuestra condición de animal cultural. Pero es urgente aplicar el principio de precaución y de respeto por todas las existencias físicas, biológicas y sociales. Creemos que es distinta una intervención en la naturaleza realizada desde las demandas del gigantismo productivista y el delirio consumista, que una intervención desde las demandas de una sociedad austera, autoorganizada y responsable.
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