24 de octubre de 2009

Jornada de economía solidaria (1)


Asistí el pasado viernes a la jornada organizada por REAS (Red de redes de economía alternativa y solidaria) y denominada “Ante la crisis, una economía solidaria ya es posible”. Fué una mañana intensa de debates y espacios para ponerlos en común. La jornada continuó por la tarde, aunque yo no pude asistir. Los temas tratados fueron los siguientes: mercado social, consumo responsable, finanzas éticas, cultura participativa y redes sociales. Quedé gratamente sorprendido por la diversidad de experiencias y trayectorias de los distintos grupos que estaban representados allí. No todas, pero sin duda muchas de ellas son iniciativas cercanas e, incluso, sostenedoras de posibles propuestas decrecentistas. Con ellas hay que dialogar, necesariamente.

La economía solidaria (cooperativas, grupos de consumo, bancas éticas etc.) tiene una tradición larga de iniciativas que apuestan por otras maneras de producir, consumir y obtener recursos financieros, sustentadas en estrategias democráticas, participativas y solidarias. Se trata de prácticas heterogéneas que tienen en común una voluntad de supervivencia en un entorno hostil. Son experiencias, “contrasistémicas” de resistencia e iniciativa colectiva que van buscando y logrando, poco a poco, la “inter cooperación” entre los diferentes actores con el objetivo de crear “mercados sociales”, entendidos como redes de colaboración basados en la compra y uso recíproco de servicios y productos.

La jornada estuvo precedida por la intervención institucional de un representante del Ministerio del Trabajo. Presentación retórica y prescindible si no fuera porque sirvió para poner en evidencia los peligros de la confusión entre economía solidaria, la responsabilidad social corporativa (RSC) , el trabajo autónomo, la economía social y otras definiciones que cabían en la descripción del cargo del personaje en cuestión. La economía solidaria, en mi opinión, tiene una entidad y una identidad propia que no requiere de la compañía de propuestas más que controvertidas como la RSC, que de alternativa no tiene nada y que confunde la responsabilidad con las estrategias de imagen empresarial.

La intervención de Jordi García, en cambio, apoyada en su amplia experiencia teórica y práctica en el mundo cooperativo, fue rotunda y clarificadora. Jordi es autor, junto con Jean-Louis Laville, del un libro recientemente publicado y titulado “Crisis capitalista y economía solidaria: una economía que emerge como alternativa real”. 2009. Icaria. Barcelona. Trataremos de hacer una reseña de él lo antes posible. Rescato, entre otras cuestiones interesantes de su intervención, la idea de que la actual crisis no es una crisis financiera sino una “crisis de civilización” y que en este contexto si bien otra economía es posible no sabemos cual es la probabilidad de esa posibilidad. La economía solidaria, de acuerdo a ese diagnóstico, sería un esfuerzo utópico y razonable por aumentar las probabilidades de lo posible.

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